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miércoles, 1 de agosto de 2012

Cerramientos: ¿una cuestión de espacio o el camino hacia la eficiencia energética?

Se llama cerramientos en construcción, a las superficies envolventes que delimitan los espacios, cumpliendo funciones aislantes, protectoras y divisorias. Los cerramientos en las viviendas permiten la utilización de un espacio para un fin, separando el exterior del interior. Gracias a un cerramiento es posible instalar un lavadero, un jardín de invierno, una piscina cubierta, un salón convertible, entre otras cosas.

Los cerramientos se pueden realizar con diversos materiales, madera, textiles, aluminio, vidrio, o una combinación de algunos de estos. Los motivos que llevan a instalar un cerramiento son diversos, aunque podríamos destacar seis ventajas: ampliar el espacio, aumentar la seguridad, mejorar la privacidad, optimizar la limpieza, dotarse de aislamiento térmico y acústico y ahorrar energía.

Todos estos objetivos se han visto reforzados con la aparición del Código Técnico de la Edificación (CTE), un texto regulador que según nos dice la Asociación de Fabricantes de Fachadas Ligeras y Ventanas (ASEFAVE), “resulta ser el marco normativo que establece las exigencias básicas de calidad, seguridad y habitabilidad de los edificios con un objetivo muy claro: que la construcción se adapte a la estrategia de sostenibilidad económica, energética y medioambiental”. Esto, sigue la asociación, “permite reducir a límites aceptables el riesgo de que los usuarios, dentro de los edificios y en condiciones normales de utilización, padezcan molestias o enfermedades, así como el riesgo de que los edificios se deterioren y de que deteriore el medio ambiente en su entorno inmediato”.
El CTE, por tanto nos está diciendo que los cerramientos, tal como los conocemos son una muy buena solución, pero nos subraya que no perdamos de vista algunos de los objetivos y que prioricemos de modo distinto a como lo habíamos hecho hasta ahora. Está claro que las empresas son las primeras en proponer productos y servicios de muy buena calidad y esto llega al usuario. El siguiente paso debería ser combinar varios de los elementos que conforman los cerramientos para que cada cerramiento cumpla con absolutamente con todos los objetivos marcados, no ya por el CTE si no por la misma exigencia del usuario.
Las motivaciones que llevan a instalar un cerramiento no siempre coinciden con las ventajas que un cerramiento proporciona, muy a menudo la necesidad principal es la de ganar ese espacio a la vivienda y se olvidan sus otras ventajas. A continuación desgranaremos la instalación de cerramientos incidiendo en sus ventajas y por qué es necesario proponer a los usuarios ciertos acondicionamientos cuando “solamente” han solicitado un cerramiento.


Ampliar el espacio
El lugar que se va a “cerrar” por lo general está en el exterior y con el cerramiento se integra en el interior y conectado al resto de estancias; entonces ¿Cerrando ese espacio ya está el trabajo hecho? La respuesta es casi nunca. Para llegar a considerar que el cierre de esa parte de la vivienda se ha realizado correctamente, la “nueva” área debe tener, por lo menos, las mismas prestaciones que el resto de la casa, en cuanto a seguridad, aislamiento, climatización, protección solar, etc.
Aunque el aumento de espacio parezca la razón principal, el cerramiento, no es solamente una cuestión de espacio, el CTE lo expresa de forma clara cuando dice que el objetivo de la nueva regulación es conseguir edificios más sostenibles y eficientes energéticamente “en la línea de las nuevas políticas energéticas y medio ambientales se establece el uso racional de la energía, la reducción del consumo energético y la utilización de fuentes de energía renovables”. El CTE, además regula limitaciones de la demanda energética estableciendo valores límite para los cerramientos de la edificación (fachadas, vidrio, cubiertas…)
El profesional debe asesorar al usuario sobre todas las posibilidades y sobre todo, acerca de los requisitos que hay que cumplir, ya sea con las ordenanzas municipales, con el CTE o bien para alcanzar unos niveles mínimos de confort y seguridad.
Aumentar la seguridad
Teniendo en cuenta que la gran mayoría de cerramientos se construyen utilizando el cristal como uno de los elementos principales el argumento sobre seguridad debe entenderse más desde el punto de vista disuasorio. Cuantas más barreras se encuentren los amigos de lo ajeno mayor será esa disuasión, de todos modos, no solamente de vidrio vive el cerramiento. Como decíamos antes la combinación de varios elementos completa las prestaciones de un buen cerramiento, así, en cuanto a seguridad, y siempre dependiendo del tipo de cierre, rejas, puertas, celosías o persianas son una buena solución para dotarse de mayor seguridad. Sin embargo, hoy en día los perfiles y los cristales de los ventanales gozan de las más altas prestaciones en cuanto a seguridad. Finalmente hay que pensar que con el nuevo cierre, independientemente de sus características, el acceso a la vivienda tiene, por lo menos, una barrera más que antes.

Mejorar la privacidad
Al quedar más expuesto a la vista de los vecinos, dado que lo que era exterior se convierte en interior, los complementos juegan aquí un papel primordial. Se puede optar por actuar sobre la ventana con cristales translúcidos, ahumados, espejados..., también con algún filtro sobre el cristal, o bien se puede optar por soluciones más estéticas, “vistiendo” la nueva estancia con cortinas, screens, estores, toldos, persianas, etc. Como muchas de las nuevas instalaciones se conciben como transformables, esto es, se les da un uso en verano distinto del invierno, se debe tener en cuenta a la hora de diseñar estos complementos y de nuevo la combinación de elementos para alcanzar la combinación de necesidades es esencial.

Optimizar la limpieza
Los cerramientos dejan el viento, las lluvias, el polvo y la suciedad fuera de lo que antes era exterior. Si se construye un sistema fijo, se debe pensar en elegir un sistema en el que los cristales se abran hacia el interior lo que también facilitará la limpieza. Si por el contrario el sistema es desmontable o accesible la suciedad, que quedará siempre en el exterior, se podrá limpiar de forma muy fácil.

Aislamiento térmico y acústico
Uno de los grandes logros de cerrar un patio o terraza es el logro en cuanto a disminución del ruido y el control de la temperatura. El ruido y el frío en invierno han quedado filtrados por la nueva barrera creada sin disminuir las ventajas del nuevo espacio. De esta manera puede disfrutar de la terraza durante todos los días del año. Durante el invierno el sol calienta la estancia y gracias el cerramiento ese calor se atrapa de forma que ese espacio normalmente destinado al verano se disfruta durante todos los días del año. Cristales dobles con cámara de aire o gas, persianas con aislamiento acústico y térmico, cortinas aislantes, estructuras con rotura de puente térmico... hoy en día, todas las necesidades en cuanto a aislamiento están más que cubiertas por un mercado maduro, experto y con una oferta enorme y de gran calidad. Además el CTE regula también este aspecto de cualquier tipo de cierre.

Ahorro energético
He aquí uno de los valores transversales que conlleva la creación de un cerramiento. Aunque cabría añadir al ahorro energético el ahorro en tiempo y dinero destinado a mantenimiento, limpieza y seguridad. El proyecto Reconsost en su capítulo dedicado al Diseño Solar Pasivo que investiga el comportamiento térmico de las soluciones constructivas bioclimáticas, puesto en marcha por el Observatorio de la Sostenibilidad en España, desgrana en qué aspectos se ahorra energía adecuando la vivienda convenientemente:

-Disminución de las pérdidas energéticas
Un hogar solar pasivo debe estar bien aislado y sellado, evitando las filtraciones. Reduciendo las pérdidas y ganancias de calor a través de la envolvente térmica, las cargas térmicas restantes se pueden gestionar con eficacia mediante técnicas solares pasivas. Las estrategias que contribuyen a la reducción de la demanda de calefacción y refrigeración al mínimo incluyen las carpinterías de alto rendimiento, utilización de altos niveles de aislamiento (como mínimo los exigidos por el CTE) y reduciendo las pérdidas por puentes térmicos.

-Orientación solar del edificio
Se orientará al sur el edificio, hasta unos 30º a este u oeste, para maximizar la ganancia solar. La fachada receptora deberá estar libre de edificios altos, árboles de hoja perenne y cualquier obstáculo que impida la radiación directa al edificio. En rehabilitación de edificios no se puede controlar estos aspectos, al existir condicionantes de partida sobre los que no se puede actuar.

Selección y situación de las ventanas
Calentar con energía solar pasiva es sencillo, tan solo hay que permitir al sol entrar en la vivienda a través de las ventanas u otras oberturas. Se trata de dimensionar adecuadamente las ventanas de la fachada sur para maximizar la entrada de energía diurna reduciendo las pérdidas nocturnas que aumentan en los huecos acristalados en invierno, y minimizando mediante protecciones solares en verano evitando sobrecalentamientos. Aumentar el área de vidrio aumentará las pérdidas de calor. Superficies adicionales de vidrio se pueden incluir si se construye una masa térmica interior capaz de albergar el exceso de calor incidente. Nuevas tecnologías de la ventana, que incluyen capas selectivas, han disminuido esas pérdidas aumentando las propiedades de aislamiento de las ventanas para ayudar a mantener el calor donde es necesitado.

Aprovechamiento de la energía solar pasiva
En climas fríos, la estrategia de calentamiento solar pasivo consiste en orientar la mayor parte de los huecos de fachada hacia el sur. Una proporción aproximada de partida sería la ubicación de una cantidad de vidrio en torno al 7 % de la superficie total construida de áreas habitables de la vivienda. Esta estrategia no tiene coste adicional alguno fuera del esfuerzo de planificación en proyecto. Mayores superficies de vidrio receptoras de energía se pueden instalar siempre y cuando este prevista una masa térmica capaz de acumular el excedente de energía para después liberarlo durante la noche.

Protección contra el sol
La altura solar en verano es mayor que la de invierno. Los aleros bien calibrados o los toldos son una opción efectiva de optimizar la ganancia del calor. Permiten la protección contra el calentamiento excesivo en verano pero permiten dejar pasar el sol en invierno.

Almacenamiento de calor
La masa térmica, o materia que almacena el calor, es una parte esencial del diseño solar pasivo. Elementos constructivos fabricados en hormigón, albañilería, o incluso agua, absorben y acumulan el calor durante los días de sol para liberarlo lentamente cuando las temperaturas descienden. Este fenómeno amortigua los efectos de los cambios de temperatura que se producen en el exterior del edificio, moderando las temperaturas interiores. A pesar de que incluso en días de mal tiempo el sol proporciona calentamiento pasivo, los períodos largos de días nublados a menudo requieren una fuente de reserva del calor. Las proporciones óptimas de masa térmica y superficie de vidrio, dependiendo del clima, pueden ser utilizadas para prevenir el sobrecalentamiento estival y minimizar el consumo de energía.

Refrigeración natural.
El uso apropiado del aire libre exterior a menudo puede refrescar un hogar sin la necesidad de utilizar sistemas activos de aire acondicionado, especialmente cuando la protección contra el sol se ha diseñado de forma efectiva. El aislamiento, la selección de ventanas, y otros medios ya reducen la carga de refrigeración. En muchos climas, abriendo ventanas de noche para limpiar la casa con aire fresco y cerrando las ventanas de día pueden reducir mucho la necesidad de refrigeración suplementaria. Las técnicas de ventilación cruzada bajan la temperatura mediante las brisas de flujo. Existen también otras técnicas de enfriamiento a través de sistemas evaporativos.

Ganancia directa
En sistemas de ganancia directa no es posible aumentar el área de los cristales más allá de un cierto límite sin causar sobrecalentamiento en días claros, incluso en invierno. Esta característica fija un límite de la energía solar que en la práctica puede ser recogida y almacenada durante los días soleados mediante ventanas solares. En cualquier caso se recomienda que la superficie de ganancia directa de energía solar en los cristales no sea superior a 13% de la superficie a calefactar, para reducir al mínimo el riesgo de deslumbramiento, daños en los materiales por los rayos ultravioletas y pérdida de intimidad en el espacio doméstico.
En Ganancia Directa, la resolución de los detalles arquitectónicos (puentes térmicos, situación de los aislamientos, carpinterías, protecciones solares) es fundamental para determinar el rendimiento energético y las condiciones de confort interior más que en cualquier otro sistema de calefacción solar pasiva.

Costes
Los costes deben poder aumentar entre un 5 y un 10% sobre el precio de una construcción convencional. Este ligero aumento se debe a que las características que mejoran el aprovechamiento solar pasivo tales como los vidrios aislantes, la masa térmica, aleros y voladizos para la protección solar y otros sistemas de sombreado, exigen una mayor inversión que debe poder ser amortizada con el ahorro energético a medio plazo. No obstante, los sistemas solares pasivos han demostrado ser altamente eficientes. Resultados de monitorizaciones recientes muestran que los edificios que utilizan correctamente estos sistemas necesitan sólo una fracción de la energía utilizada en edificios similares convencionales. Debido al alto grado de integración con el edificio, los costes derivados de la construcción de estos edificios pueden llegar a ser muy poco mayores que en edificios sin estos sistemas. Además proporcionan un valor adicional, en forma de espacios luminosos o invernaderos. Los diseños solares pasivos se traducen en confort y ahorro energético simultáneamente.

La arquitectura bioclimática puede variar poco o mucho de la construcción convencional. Muchas posibilidades son muy rentables debido a los grandes ahorros potenciales en las facturas eléctricas. La arquitectura bioclimática utiliza sistemas pasivos con un diseño cuidado del espacio, orientación, selección del emplazamiento del edificio, dimensionado de ventanas y selección de materiales. Todos estos suponen pocos costes adicionales. Los costes aumentan al utilizar materiales especiales tales como vidrios especializados, carpinterías con respuesta térmica, tierra refractaria, tubos de almacenamiento de agua, aislamiento móvil, etc. En muchos de estos casos, los costes son elevados porque la demanda es baja. Los costes podrían reducirse si se llegase a una producción en masa.

Es necesario analizar la utilización del clima del lugar para acondicionar térmicamente los ambientes y de este modo reducir el consumo de combustibles para calefacción. Algunos beneficios pueden ser cuantificables (ahorro de combustibles menor contaminación del medioambiente, etc.) y otros difícilmente ponderables (mejor calidad de vida, vivir en ambientes más confortables en invierno y en verano, situaciones que tienen que ver indirectamente con la mayor productividad). Se trata de determinar frente a las condiciones impuestas y conociendo ya su factibilidad técnica y su comportamiento térmico, la solución más rentable desde el punto de vista técnico-económico.

Más ventajas
A las ventajas que se van a buscar con un nuevo cerramiento hay que añadir bastantes otras que decíamos antes “son de difícil cuantificación”, algunas de ellas las mostramos a continuación:
- La mayoría de sistemas ofrecen varios años de garantía.
- En general no se necesitan o son mínimas obras de albañilería para su instalación.
- Muy fácil uso y limpieza.
- Aumenta la seguridad, los metros útiles y por tanto el valor de la vivienda.
- Alarga la vida del inmueble.
- Por regla general no se altera la vista desde el nuevo espacio.



Importante
Según los artículos 12 y 17 de la Ley de Propiedad Horizontal, la alteración de la estructura del edificio requiere el acuerdo unánime de la junta de propietarios. Para construir un cerramiento de terraza siempre modificamos la fachada, por lo que tenemos que asegurarnos de que tenemos el visto bueno de nuestros vecinos antes de realizar la obra. En caso contrario podemos acabar en un largo proceso judicial en el que consideren nuestra obra ilegítima y tengamos que restaurar el edificio a su estado original.

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