Los comerciantes denuncian que la proliferación de negocios de hostelería y sus los oculta a la vista de los clientes ante la permisividad del Ayuntamiento
Panorámica de la calle Alcazabilla, estos días con la alfombra roja del Festival de Cine de Málaga. Carlos criado
JOSÉ VICENTE RODRÍGUEZ. MÁLAGA La relación entre comerciantes y hosteleros es algo tirante en las calles del Centro Histórico donde la multitudinaria presencia de mesas y sillas sepulta la fachada de los comercios, aunque todo depende también del grado de complicidad entre negocios vecinos. El veterano joyero Fernando Martín, en la calle Strachan, resume el sentir del sector: «Nos sentimos completamente perjudicados. Los negocios de hostelería nos tapan las tiendas por completo con sus toldos. El Ayuntamiento debe entender que Málaga no es sólo hostelería y hacer que se cumplan las ordenanzas con sanciones o retirando directamente lo colocado de la vía pública». Martín se queja de que los toldos estéticamente «son horribles y tapan la calle», y tampoco considera justo que «por alquilar un local de 20 metros cuadrados, un empresario puede cubrir 30 metros de calle con mesas y sillas».
Su opinión es compartida por comerciantes como Marta Álvarez, que tiene una tienda de ropa en la calle Bolsa, y que se queja de que los negocios de hostelería en calles como la suya están expulsado poco a poco al resto de comercios. «Son calles con sol, y cada vez hay más bares y restaurantes que nos tapan de cara a los clientes. Los comercios se están trasladando al otro lado de la calle Larios, a calles más sombrías, para sobrevivir», apunta.
El sector hostelero, por su parte, admite que puede haber abusos en casos puntuales, pero se queja de ser considerado el «malo de la película». «Lo que ocurre es que hay negocios que no venden porque el gasto está muy constreñido, y cuando no vendes tratas de buscar culpables, por ejemplo, al ver una terraza llena en la puerta. Sé que hay comercios perjudicados, pero con la nueva ordenanza se pondrá coto a estos problemas», confía el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería (Aehma), Rafael Prado.
A medio camino entre ambas posiciones se sitúa la presidenta de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico, Trinidad García Baca, que cree que el Ayuntamiento debería plantearse realizar un mapa que determinara las calles «saturadas» de negocios de hostelería para tratar de repartir mejor la actividad. Y María José Soria, portavoz de los vecinos del Centro, recuerda que muchos negocios prefieran pagar las multas, «porque con las mesas de más que ponen recuperan de sobra ese dinero».
Fuente:http://www.laopiniondemalaga.es
Su opinión es compartida por comerciantes como Marta Álvarez, que tiene una tienda de ropa en la calle Bolsa, y que se queja de que los negocios de hostelería en calles como la suya están expulsado poco a poco al resto de comercios. «Son calles con sol, y cada vez hay más bares y restaurantes que nos tapan de cara a los clientes. Los comercios se están trasladando al otro lado de la calle Larios, a calles más sombrías, para sobrevivir», apunta.
El sector hostelero, por su parte, admite que puede haber abusos en casos puntuales, pero se queja de ser considerado el «malo de la película». «Lo que ocurre es que hay negocios que no venden porque el gasto está muy constreñido, y cuando no vendes tratas de buscar culpables, por ejemplo, al ver una terraza llena en la puerta. Sé que hay comercios perjudicados, pero con la nueva ordenanza se pondrá coto a estos problemas», confía el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostelería (Aehma), Rafael Prado.
A medio camino entre ambas posiciones se sitúa la presidenta de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico, Trinidad García Baca, que cree que el Ayuntamiento debería plantearse realizar un mapa que determinara las calles «saturadas» de negocios de hostelería para tratar de repartir mejor la actividad. Y María José Soria, portavoz de los vecinos del Centro, recuerda que muchos negocios prefieran pagar las multas, «porque con las mesas de más que ponen recuperan de sobra ese dinero».
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